viernes, 17 de abril de 2009

Reportatge

LA OCUPACIÓN HOTELERA DESCIENDE AL 50% EN LA COSTA CATALANA

EL TEMPORAL REDUCE AÚN MÁS EL TURISMO EN L’ESCALA

Playas vacías en muchos pueblos de la Costa Brava
Cancelaciones a última hora y bares vacíos son la estampa de la Semana Santa

Si las previsiones ya eran pesimistas, la realidad aún ha sido peor. La Semana Santa, respiro para muchos trabajadores y sinónimo de ingresos para otros, ha sido una de las peores en cuanto al sector hotelero se refiere. Sin ir más lejos la Costa Brava, lugar de descanso y sol, ha registrado una ocupación inferior al 50%, hecho insólito en estas fechas.
Aunque muchos quieran ponerle al mal tiempo buena cara, precisamente ha sido éste, el temporal de lluvia y frío, el que ha provocado el descenso de turistas en las costas catalanas. Uno de los destinos afectados ha sido el pueblo costero de l’Escala, en donde muchos hoteles se han visto obligados a reducir sus tarifas un 10% o lanzar ofertas especiales para llegar a una ocupación mínima y no cerrar el complejo hotelero durante estas fiestas. Aún así, y tal y como nos contó Carme (recepcionista del Hotel Nieves Mar de l’Escala) el temporal ha provocado que muchos de los turistas se hayan hecho atrás, cancelando sus reservas un día antes del inicio de las vacaciones, “sólo son las diez de la mañana y ya he cancelado diez reservas, así que no sé si llegaremos a tener la mitad de las habitaciones ocupadas”.
Acostumbrados al paseo marítimo lleno de gente paseando o contemplando el mar, a los bares repletos de turistas extranjeros y a la cala Montgó repleta de bañistas, el aspecto de este año era desolador. El paseo del mar, vallado en su mayor parte como consecuencia del fuerte temporal de las pasadas navidades, se encontraba casi vacío. La mayor parte de los viandantes eran catalanes o de otras comunidades autónomas; extranjeros en cuenta gotas. Los bares y restaurantes, algunos de ellos incluso cerrados, mostraban a sus camareros postrados en la puerta medio contemplando el cielo y esperando algún cliente al que poder servir. La playa, restaba desierta. La mayoría de los turistas, vestidos con chubasqueros y prendas más de invierno que de primavera, esperaban ilusionados algún rayo de sol, o como muchos decían resignados “al menos que no llueva, por favor”.
El mal tiempo se alió esta Semana Santa con la crisis para hundir la ocupación hotelera en l’Escala y en la mayor parte de la Costa Brava, provocando que el balance realizado por el gerente de la Asociación de Hostelería Costa Brava Centro, Martí Sabrià fuera de “Desastroso” dándose por satisfecho si en algunos hoteles se había llegado a la mitad de la ocupación.

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